Desde septiembre de 2006 hasta 2009 realizábamos una vez al mes hipoterapia que consiste en aprender a montar a caballos previamente entrenados para personas diversas funcionales, darles de comer, peinarles y aprender a ir al galope y al trote. Una curiosidad de estos animales es que tienen la misma temperatura que los humanos. El primer caballo se llamaba Caprichoso e íbamos a Guadalix. Después tuve que hacer un artículo sobre mi experiencia y le gustó mucho el título a Mila, "Piel con piel". Después cambiamos de sitio y el nombre del caballo estaba formado por las iniciales de los dueños. Íbamos cinco por grupo más Charo, Jesús, Óscar y Susi. Después Charo contrató a la asociación de ayuda asistida (ANDAS) para hacer terapia con perros, cuyos nombres eran Chocolate, Dama y Glenda. Sus colores eran blanco, marrón y negro. El personal se quedó flipado conmigo porque como saben que los tengo pánico, no se imaginaban que llegaría a tocarlos. Me gustaría volver a tener éstas dos terapias.
PABLERAS
